Aprovechando el puente de San José un grupo de Estella nos acercamos a la montaña del norte de Palencia para subir con esquis el Curavacas y el Espiguete, dos montañas que ya rondaban nuestras cabezas desde hace tiempo, sobre todo este año que a la cordillera cantábrica le han caído buenos paquetones.
El primer día, en contra de las previsiones, el día amaneció anticiclónico y pudimos disfrutar del Curavacas en plenitud, subiendo por una canal ancha bastante accesible que te deja en una impresionante atalaya con vistas increíbles a toda la montaña palentina. Fue allí arriba donde empezamos a planear las ascensiones de los días siguientes, al Pico Murcia, a Peña Prieta, al imponente Espiguete, etc. Pero la pena es que ya no veríamos mucho más esos montes. A partir de ese día llegaron las nieblas y no pudimos disfrutar todo lo que pensábamos, acaso alguna subida a ciegas al día siguiente al Pico Celestino, y algún sube baja disfrutón con nieve primavera por la zona.
Eso sí, en torno a la buena y barata gastronomìa palentina nos prometimos volver este mismo año a terminar de cumplir esos deseos que visualizamos en la cima del Curavacas.
Lo mejor: la cremosa bajada del Curavacas, las suaves y cargadas lomas blancas que conforman las sures de la zona de Pico Murcia y Peña Prieta, las muchas posibilidades en forma de canales de las sures del Curavacas y el Espigüete, la barata y calórica gastronómia palentina, la poca masificación de la zona, el tranquilo ambiente rural de la zona, los amables lugareños que hablan y hablan, el pan elfico.
Lo peor: el mal tiempo que nos acompaño el segundo y el tercer día, la imposibilidad de comprar tabaco de forma legal en todo el área, la imposibilidad de cobertura para orange y jazztel, las patatas de Cervera del Pisuerga que eran congeladas.
jeje!!y la morcilla que??a la proxima visita a tierras palentinas me apunto!!bonitas fotos y paisajes