La finca de Artikutza toma el nombre del pequeño barrio que se ubica en su interior, cuyas primeras referencias escritas se remontan al siglo XIII. En esta época, Artikutza formaba parte del término denominado Anizlarrea, propiedad de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles que fue adquirida a través de donaciones, permutas, compras, etc. y bajo cuya autoridad se mantuvo, en parte, hasta el siglo XIX.
